Las sociedades humanas lograron crear lo correcto y lo aceptable. Una vez, vino lo conveniente, aquello que se define de manera suficiente de justificar las decisiones, los hechos, sobre todo aquellos que no son empáticos, egoístas, irresponsables y por supuesto, que logran ser placenteros. No importa aquello que pueda ser sostenible, sino la ganancia, y la tranquilidad del no juzgamiento. Y en el egoísmo la mezquindad gana, sin importar que el exterminio sea un fracaso para la misma humanidad, para la vida misma. ¿Que tipo de civilización podrá asumir una conciencia con este fracaso? No hace falta escribir una palabra de más para ello, ni siquiera denuncia o visiblizar más. Tres toneladas de verga, es lo que le importamos - lo dijo sin causar ninguna risa -¿entonces cuanto le importará los otros? ¿Aquellos que están lejos y cuyo sufrimiento solo genera un scroll? Estaba cansado y no podía dormir: cuatro cervezas, un ron, un whisky, un poco de azúcar y mas cerveza. Cansado, si, pero no solo geo-físicamente, agotado de todo esto, de todo aquello que no podía decir y solo, en silencio soportaba. Lo entendía, tanto como su impotencia y bloqueo ante todo lo que se elevaba y se hundía. Al menos la naturaleza se defiende - dijo.
¿Y la mezquindad? No es posible pensar que la mayoría lo es, pero si esa mayoría es temerosa de perder lo poco que tiene, hasta que descubre que en masa, no es tan fácil esa pérdida de bienes. Pues los bienes parecieran ser mas importantes que aquellos intangibles que son principios de vida. Valores y virtudes que finalmente son los que han permitido que la humanidad trascienda, no el poder de los unos sobre los otros. No la acumulación, ni la fé en algo ajeno a la humanidad misma. En ultimas la vida es sagrada, la tierra no es santa, si es que acaso esa santidad significa algo a mas alla de una invención igualmente humana. Escuchaba por enésima vez la historia de las moscas a un lado de la carretera. Hacia el oriente, se echaba agua y llegaban moscas y al occidente no: tierra santa. La verdad es que hacia el occidente estaba tan manchado de sangre, que no solo era una cuestión de moscas, sino de gastos. Y esa monetización pareciera justificar cualquier cosa, sobre todo aquella fundamentada en mentiras, mientras que aquello que fue verdad, por ese desprecio actual a la vida de los otros, prefería olvidarse.
¿Y la fraternidad? Ella es valiente. La expresión de la misma que a podría llamarse libertad aunque es minoritaria es lo que inspira e influye, de una manera tan extraordinaria que vence todos los miedos y genera la rabia en aquellos que en su angustia, no necesariamente por una supuesta maldad, rodean o ocultan las palabras humanas pues un cambio no es posible. Así, se hayan beneficiado de ella misma, así haya permitido que la solidaridad prevalezca y haga mínima la caridad. El resto es conocimiento y la agilidad de encontrar las palabras correctas, para no ser cancelado y mas bien, inspirar. Motivar contra todos los miedos. Me quedaba dormido, pero era necesario llegar a la miércoles despierto a pesar de todo ese cansancio. Los dias se convirtieron en años y estos en un deseo de partir de ese mundo en el lugar en que llamaba hogar y que sin duda no extrañaba, pues allá no parecía poder hacer algo. Era impresionante es seguridad que sentía. Tanto que esa motivación era suficiente para construir un universo de palabras para garantizar una revolución o al menos un canto en el que la valentía se celebra no por la cantidad de muertos, sino por la garantía hacia la vida